martes, julio 19, 2005

Muerte de un Cruzado (por: su servidor)

Siento el filo del puñal entrar en la parte inferior derecha de mi espalda. El acero es frío, pero, a la vez, siento que me quema las entrañas; la sangre fluye por mi pierna. Volteo con un movimiento que parece entrecortado en el tiempo, ahora puedo ver la cara de mi verdugo, su piel es de color oscura, en sus ojos hay satisfacción, sonríe casi burlonamente, su rostro es el de un psicópata, ¡maldito hereje!, ¡Maldito moro!
Caigo al suelo. Mi asesino se aleja para continuar con su lucha; sabe que estoy perdido, sabe que mi herida me producirá una muerte segura y dolorosa. ¡Es un tonto! Yo no estoy perdido, él lo está, él morirá tarde o temprano y se dará cuenta que su falso Dios no lo salvará del camino al infierno. Yo estoy bien, pero el dolor en mi espalda es cada vez más intenso, la sangre hierve en mi herida. Quiero pedir ayuda pero nadie me escucha, sólo se oye el chocar de los metales. ¡Oh Dios! El dolor se expande, me duelen los brazos y las piernas; estoy tan débil. Tomo la cadena que cuelga de mi cuello, el cual siempre esta debajo de mi armadura, sostengo el dije. Es un crucifijo, es el símbolo de mi salvador, él es por quien yo peleo; mi misión, al igual que todos mis compañeros, es la de recuperar las tierras santas que pertenecen a la iglesia cristiana, ¡y solo a ella!. Soy un cruzado, y moriré como tal. El dolor, el dolor es tan intenso, se me nubla la vista y mi cuerpo esta casi paralizado. Pero sé bien que este mismo dolor purificara mi alma, y todos los errores que he cometido en mi vida serán absueltos por este momento, ya me estoy acercando más a Dios.

Ahora todo se ha oscurecido, reina un gran silencio y el dolor ha desaparecido. No sé cuanto tiempo ha pasado desde que me envistieron. No sucede nada. ¿He muerto?, ¿Dónde esta mi alma perpetua?, ¿Dónde esta el camino al cielo?, ¡¿Qué es lo que pasa?!...

Vuelve mi vista, y puedo escuchar algunos lamentos lejanos. Pero es curioso, ya no tengo ningún dolor. Escucho gente que pide ayuda, algunos quejidos sordos y otros que lloran patéticamente. Pero, ¿estoy muerto o no?. Intento mover mi mano inútilmente. Entonces si estoy muerto, creo. Ni siquiera puedo mover los ojos, sólo puedo ver el cielo, donde iluminan las estrellas más bellas que he visto en mi vida; brillan distinto, son más hermosas, hasta la inmensidad oscura del cielo ha tomado una brillo diferente, ¡es hermoso! No sabía que la muerte fuera tan hermosa. Oh Dios, ya estoy listo para el paraíso.
Algo sucede; más bien no sucede nada. Yo ya debería estar con el creador. ¿Porqué no pasa nada? Algo negro acaba de pasar por enfrente de mis ojos, es brillante, como todo lo que veo, pero no puedo distinguir lo que es. Escucho unos graznidos; mas cosas negras pasan por enfrente de mí. Ahora sé lo que son, ¡son cuervos! ¡Quieren comerse mi cuerpo muerto! Quiero gritar pero no puedo, ¡Lárguense! ¡Dios mío sálvame!
Los cuervos empiezan a comerme, no puedo hacer nada para detenerlos, los graznidos aumentan, ya son mas los que han venido a saciar su hambre con mi carroña. ¡Yo no soy carroña! ¡Lárguense malditos cuervos! Están destrozando mis entrañas, me están comiendo hasta los pulmones, se comen toda mi carne. ¡Lárguense! Un maldito cuervo me empieza a comer los ojos, ¡mis ojos no! Mi vista es lo único hermoso que me queda en esta maldita muerte, las estrellas que se veían tan hermosas están siendo devoradas por este cuervo del demonio. ¡¿Dónde esta Dios?! Me están comiendo y ni Dios me ayuda. Alguien que me salve de este horror, alguien que me dé santa sepultura.
Puedo sentir como me están acabando, los cuervos casi se han comido todo mi cuerpo. Ya no hay salvación para mí, pronto ya no seré nada, cuando los cuervos hallan terminado conmigo dejare de existir, ya no podré sentir ni la muerte. Cuando ellos acaben ya no habrá nada. Ahora lo comprendo, todo por lo que peleé no vale nada, ¡no existe! Todo está perdido, soy un estúpido; todos son unos estúpidos. Mi vida entera entregado a la fe, preocupado dar lo poco que tenia a la iglesia, uniéndome a un ejercito solo por defender mi iglesia, sufriendo una muerte dolorosa y todo por algo que no existe. ¡Maldita iglesia! No puedo quitarme de la cabeza que sólo nos ha engañado a todos. ¡Maldita vida! La vida no vale nada, no sirve de nada, todo lo que hacemos no nos sirve de nada. Los cuervos ya me están acabando y todo se está acabando. Y no hay nada, ni vista, ni sonidos, ni nada. ¡Maldita iglesia! ¡Maldita vida! ¡Maldito Dio...

1 Comments:

At 10:35 a.m., Blogger EL ATEO said...

UN ATEO APLAUDE TUS "BLASFEMOS" ESCRITOS

 

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